viernes, 9 de enero de 2009

El pandeiro está que arde o Vamos negra al Carnaval Tablados de la edad de oro





Por la década de los 50 estaba en la esquina, amplia "strada" y entrada a Piedras Blancas de Gral Flores y Cuchilla Grande (repro de abajo ; arriba un tablado de Rivera y Osorio, El David va a la escuela", febrero de 1934; El DÍA). Como dice la crónica lo construia el dúo Hernández-Scarone y era "otra tirada a premio" entre los tablados anotados, repartidos entre las seis zonas de Montevideo. Allí quedaba por las noches sin que nadies lo destruyera comentan los memoriosos "hoy sería imposible" como si afirmaran lo del título "otros carnavales y otra gente". Compartió durante años las apetencias del numeroso público de estas barriadas con el tablado Piedras Blancas, el decano y con los informales e imprevistos que cada año se levantaban: Las Carátulas frente al cine Piedras Blancas ; "Se tubo que hacer y se hizo" en Mendoza y Capitán Tula; uno en Segarra casi Domingo Arena; otro en Domingo Arena y Cuchilla Grande. Pálidos números frente a la proliferación en las zonas céntricas.
      El tablado de barrio era organizado por un grupo de vecinos, un club o un comercio, gratuito (cada vecino llevaba sus sillas) y al aire libre. Se financiaba con las rifas y las donaciones. Lo colectado se destinaba a pagar los premios de los conjuntos carnavalescos (cuando los pagaban) y los concursos de disfraces, además de los gastos de construcción y decoración. Lo esmerado y la competencia corría a favor del decorado al que se dedicaban renombrados artistas ya que podían recibir jugosos premios. En apariencia nada de comercialización y profesionalización durante las primeras décadas en las que sin embargo había una profusa actividad económica.
     Los "ajados" y lozanos memoriosos vecinos cuentan cómicas y audaces anécdotas sobre ellos a las que daremos en parte rienda suelta.
El corso en la terminal era "una verdadera romeria" "montañas de papelitos, serpentinas y monedas en el piso" "Ganamos un premio vestidos de gitanas en un carro adornado tirado por bueyes" recordaba Rafael Ruffone ; Victorio Pastorino, el padre de "Rayito" Duamel Pastorino, había hecho el "rodado". Ya en las décdas de los 50 y 60, actuaba Menecucho en el tablado de Mendoza "Se tuvo que hacer y se hizo", preguntó al público si les había gustado la función. Gritaban los vecinos que no y Menecucho "si no les gustó se pueden ir todos a la puta que los parió" Una vez en el tablado de Domingo Arena ) ex Avegno) los actores se vieron sorprendidos por un huevazo de un muchacho que fue corrido por la policia. Las anécdotas han de ser miles y lo sucedido en los tiempos de "Al carnaval del Uruguay" cuando el mundo aún no vivia la carnavalización cotidiana actual, una risible banalidad respecto a las costumbres del presnte.

BIBLIOGRAFIA y FUENTES

EL DIA; Febrero 1934
SD EL DIA; 19.....; DURANT, E; Si otros carnavales y otra gente.

TO: Testimonios orales vecinos de Piedras Blancas



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