martes, 6 de julio de 2010

Desde hoy una vuvuzela celeste para los que pudieron ser vices, campeones o medallas de bronce


Llegó lejos nuestro maestro de una  escuela del Cerro en la calle Grecia, a quien según él mismo contara a los medios, las madres de los ñinos preguntaban si tenía parentesco con  el Tabaréz de la Curva. Sonreía el siempre educado y amable maestro. Indudablemente que no, pues aquél Tabárez era un saladerista del siglo XIX, de los muchos que tuvo el Cerro de Montevideo. Llegó lejos nuestro maestro que cual Jesualdo y Soler no era uno de los mediocres y que además nos deja la enseñanza de que la escuela y la enseñanza pública no son incompatibles, es más la educación podría orientar en estos sentidos, con los deportes y las técnicas de preparación y salud  de los cuerpos, ya desde la escuela primaria. 


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