"Cabezearon" los legisladores del oficialismo, otros salían del recinto y todos se mantenían con los cafés de los ujieres. Se prolongó el debate de los diputados disidentes e interpelantes desde la tarde sobre una discusión que ya duraba un mes. ¿Puede salir el Presidente de Montevideo y no delegar el mando? ¿Cuánto gsataban los barcos y el movimiento de las tropas en la playa del Arazatí? ¿Debía pedir licencia y más cuando se rumorea que viajará a Europa? Parecía un contagio de la oposición colorada y del diputado socialista el hacer suyos los títulos, los brulotes y el tremenddismo de la prensa mayor. Sacábase a la vez que volvía a ponérselos, los grandes lentes, el discordante literato, para rotutar sobre la "presidencia ambulante" o "campestre" o "andariega", como si lo estubiera leyendo en la Tribuna Popular, que en el pupitre se amontonaba junto a la Democracia, el Bien Público e incluso Justicia "La Presidencia en el Arazatí es una enormidad".
Al diputado socialista le preocupaba cuando gastaría el estado por el despliegue militar que custodia al Presidente, sin justificación a su entender, las maniobras y los gastos. Calculan los diarios unos $ 50000. Ni el iniciador de la campaña antiandariega, ni el litearato, por más fama ganada entre los jóvenes por su ensayo novecentista, ni el socialista con sus todavías exhaltados discursos anarquistas, lograron reunir los votos para llevar la interpelación a la Asamblea General ni por supuseto a su propia cámara. El calor los hizo sudar hasta la medianoche pesada de la calle ..... y aún así no aflojaron los nudos de sus corbatas, alzaron las voces cansadas y roncas pero agotados los debates se mocionó votar. Un ujier nos contó emocionado que hubo un incidente final entre el oficialista De los Santos y un opositor. El asunto fue verbal y antes de que se fueran a las manos la presidencia llamó al orden al levantisco legislador.
Se presentó todo el oficialismo ausente y cuando el presidente pidió los votos "sirvanse votar de pie los señores diputados" votaron en contra de la censura. La sala se desalojó lentamente, Varios diputados salieron juntos por la entornada puerta de hierro de la calle Juan Carlos Gómez. Los faroles de la Matriz hacían su juego de luces opacas en la ya nocturna plaza. El último tranvía de la noche chirrió raudo por la esquina de.....Se lo vio a Arena esperar al diputado Avegno y ambos escaparon en auto acelerado hacia el centro.
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